Lefant M330 Pro – ¿Qué nos parece esta nueva incorporación de Lefant?

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Ficha técnica

• Dimensiones: 28 x 28 x 9,5 cm
• Potencia de succión: 5000 Pa
• Autonomía: 150 minutos
• Navegación: dToF + detección PSD 190°
• Modelo programable: Sí
• Función de fregado: Sí
• Autovaciado: No
• WiFi y App: Sí
• Control por voz: Sí
• Creación de mapas: Sí
• Mapas interactivos: Sí
• Reconocimiento de objetos: Sí

Cuando hablamos de limpieza automática, lo que todos buscamos —seamos sinceros— es olvidarnos de estar persiguiendo migas por el pasillo con una escoba. Queremos que el suelo se mantenga limpio sin tener que pensarlo. Y el Lefant M330 Pro es de esos robots hace que eso sea posible.

Con sus 5000Pa de succión, navegación dToF, detección de obstáculos y capacidad de fregado, este robot aspirador no se anda con rodeos. Y lo mejor es que no intenta impresionar con luces innecesarias o promesas vacías. Es funcional, práctico y está diseñado para adaptarse al caos del día a día: cables tirados, juguetes bajo el sofá, pelos en alfombras y muebles demasiado bajos para otros robots.

Lo hemos puesto a prueba en una casa con dos mascotas, alfombras, parquet y más obstáculos de los que quisiéramos admitir. Y lo que nos ha devuelto el Lefant M330 Pro ha sido silencio, autonomía y resultados. Pero, ¿realmente vale la pena?. Te lo contamos.

¡Vamos al lío!

Potencia de succión: 5000Pa

No sabíamos cuánta diferencia hacen los 5000 Pa hasta que vimos lo que el M330 Pro es capaz de levantar en una sola pasada. Y no hablamos solo de polvo o migas pequeñas. Nos referimos a pelos largos incrustados, tierra seca traída por las patas del perro, restos de cereal o incluso arena fina del arenero del gato.

La succión es directa, sin cepillos centrales que atrapen los pelos y terminen atascados. Esto, aparte de hacerla más eficiente con los residuos pesados, evita ese mantenimiento constante que tienen otros modelos por los enredos. Es dejarlo funcionar y listo.

Cuando detecta alfombras, aumenta automáticamente la potencia, lo cual se agradece muchísimo. No hace falta que estés pendiente: él solito se pone en modo guerrero cuando lo necesita.

No es la succión más alta del mercado en términos numéricos, pero nos ha sorprendido su eficiencia.

Modos de limpieza: lo justo y necesario

El Lefant M330 Pro tiene varios modos que permiten personalizar la experiencia: limpieza por zonas, puntual, áreas prohibidas, mapeo multihabitación… No tiene mil opciones confusas, pero sí las que realmente se usan.

Puedes mandarlo solo a la cocina, evitar el comedor, o limpiar justo donde se ha caído la tierra de la maceta. La app responde bien, el mapeo es editable y el robot recuerda tus preferencias.

Esto, en la práctica, se traduce en una experiencia que no te agobia con opciones inútiles. Es sencillo, rápido y va al grano.

Función de fregado: sí, se nota… si lo usas bien

El fregado en robots siempre genera dudas. En este caso, el Lefant M330 Pro incorpora un depósito de agua de 200 ml con un paño desmontable y lavable que sirve para una pasada húmeda bastante decente.

No esperes que elimine manchas secas incrustadas como si fuera una fregona manual, pero para mantener el suelo libre de marcas, polvo y huellas es muy eficaz. El secreto está en llenar bien el depósito y no dejarlo conectado cuando el robot no está en uso, porque puede gotear con el tiempo.

Si lo usas con cabeza y limpias regularmente, el resultado es un suelo más fresco y visualmente limpio. Para casas con mascotas o niños que van descalzos, esto se nota bastante.

Diseño sin cepillo: adiós a los enredos

Esto sí que lo han pensado bien. La entrada de succión directa elimina el problema eterno de los pelos enrollados en el cepillo central. Los dueños de mascotas (y de personas con melena) sabemos lo que significa eso.

Puedes olvidarte de tener que desmontar el cepillo cada semana para quitar los enredos. Aquí, todo va directo al depósito. Y si algo se atasca, el mantenimiento es tan simple como abrir el depósito, vaciarlo y seguir con tu día.

A esto súmale que el depósito es de 450 ml, lo que reduce la frecuencia de vaciado incluso en limpiezas diarias. Perfecto para quienes no queremos pensar en ello todos los días.

Navegación dToF: no hay rincón que se le resista

Aquí se nota la diferencia con modelos más básicos. El sistema de navegación dToF, con un alcance de hasta 15 metros, mapea la casa con una precisión sorprendente. Desde la primera limpieza ya empieza a organizarse bien, y en la segunda o tercera vuelta ya parece que conoce tu salón mejor que tú.

No repite zonas ni se pierde dando vueltas en círculos. Y lo mejor: puedes ver en tiempo real el mapa en la app y ver cómo lo recorre todo en orden, sin pasadas absurdas ni zonas olvidadas.

Las rutas son inteligentes. Va a lo que va. Limpia toda la superficie sin hacerte perder tiempo. Incluso en casas con varias habitaciones, la cobertura es consistente y metódica.

Detección de obstáculos PSD: se mueve como si tuviera ojos

Este es uno de los puntos que más nos ha impresionado. La detección PSD de 190° evita muebles, cables, zapatos y hasta calcetines perdidos con una precisión que da hasta rabia. Porque ves que esquiva cosas que tú mismo no habías visto.

No va a ciegas chocando con todo a su paso. Se acerca, mide y se aparta. Y lo hace sin ruidos ni movimientos torpes. Esto reduce muchísimo el desgaste físico del robot y el estrés de que acabe arrastrando cosas o quedándose atascado bajo una silla.

Además, tiene solo 9,5 cm de altura, lo que le permite meterse bajo muebles donde otros no entran. Esa combinación de perfil bajo y sensores inteligentes le permite acceder a sitios olvidados por las aspiradoras tradicionales.

Control por app y voz: no hace falta tocarlo

Aquí viene otra ventaja clara: el control a través de la app es completo, estable y muy intuitivo. Puedes definir zonas de limpieza, establecer áreas prohibidas (¿un cuenco de agua del gato? Zona vetada) o mandar al robot a limpiar un punto concreto. Todo con un par de toques.

La integración con Alexa, Google Assistant e incluso iWatch hace que el control sea aún más fácil. Puedes empezar una limpieza desde el sofá o mientras te haces un café, solo con decirlo en voz alta. Y sí, funciona. No hay que repetirlo ni hablar como un robot para que te entienda.

La conectividad WiFi dual (2,4 y 5 GHz) ayuda mucho a que la conexión sea estable y no tengas que estar reseteando cada dos días.

Autonomía: 150 minutos muy bien aprovechados

Dos horas y media. Eso es lo que puede trabajar sin parar. Y no es poca cosa. Con esa autonomía cubre sin problema viviendas de hasta 150 metros cuadrados sin que te enteres.

En nuestras pruebas, ha limpiado salón, pasillo, cocina y dos habitaciones sin necesidad de recargarse. Y si se queda sin batería, regresa solo a la base, se carga hasta el 80% y continúa desde donde lo dejó. Sin necesidad de hacer nada, ni siquiera abrir la app.

Esto convierte al M330 Pro en un robot aspirador ideal para limpiezas programadas cuando estás fuera de casa. Lo dejas trabajando, y cuando vuelves está todo limpio y él descansando en su base. Como debe ser.

Mantenimiento general y servicio técnico

Todo lo que se desmonta, se limpia fácilmente. Tanto el depósito de suciedad como el de agua se abren sin herramientas, y el filtro HEPA se puede sacar y lavar. No tienes que volverte técnico ni mirar vídeos de YouTube para hacer el mantenimiento básico.

En cuanto al soporte, Lefant ofrece asistencia por correo y garantía de dos años. No hemos tenido que usarla, pero saber que existe un servicio técnico cercano en caso de problemas da cierta tranquilidad.

Es un robot que puedes mantener tú solo, sin necesidad de asistencia constante ni piezas caras que reponer.

Conclusión: limpieza sin complicaciones, justo lo que queríamos

A veces uno se cansa de productos que intentan ser demasiadas cosas a la vez y no terminan haciendo ninguna bien. El Lefant M330 Pro no tiene ese problema. No busca ser espectacular, pero sí efectivo. Y lo consigue.

Nos ha convencido por su potencia real, navegación precisa y facilidad de uso sin líos innecesarios. Es el tipo de robot que puedes tener funcionando mientras estás fuera o mientras trabajas, y cuando vuelves a casa todo está en su sitio, sin sorpresas.

Lo mejor es esa sensación de no tener que estar encima, ni cuidándolo como si fuera de cristal. Lo enciendes, lo dejas hacer y listo. Y eso, hoy en día, vale más que cualquier lucecita extra.

Está muy genial en todas sus posibilidades. Ahora bien, por su precio y teniendo en cuenta que no tiene base de autovaciado es posible que prefieras sondear otras opciones.